viernes, 26 de junio de 2015

Historia de la Investigación Privada en España (I): Los inicios

Este artículo hará un recorrido histórico a lo que ha sido la profesión de Dectective Privado en España. En un artículo posterior se comentará sucintamente la historia más reciente del sector y sus perspectivas para el futuro.

Los comienzos de la profesión.

A lo largo de la Historia se ha observado que la información es poder. Quien tiene que tomar una decisión quiere correr los riesgos imprescindibles. Por ello, los que se lo han podido permitir, han dispuesto de profesionales para conseguir esa información crucial antes que el resto. Paralelamente, se han creado sistemas para proteger y dificultar que personas no deseadas obtengan esa información: la encriptación.

El empleo de informadores está documentado en publicaciones antiguas como la Biblia o el Sun-Tzu. Así, un gobernante intentaba obtener ventaja frente al resto conociendo de antemano sus intenciones.

Allan Pinkerton
Con el desarrollo del capitalismo que surge a raíz de la expansión colonial, los incipientes comerciantes procederán de igual manera en el ámbito empresarial. El objetivo será obtener mejor posición en el mercado frente al resto. Se comenta que uno de los mejores negocios que Rotschild hizo en sus inicios fue comprar unas acciones que a los pocos días se revalorizaron en la Bolsa de Londres. ¿La razón? El mensaje de una paloma mensajera con el resultado de la batalla de Waterloo (de la que ahora se cumplen los 200 años). La noticia tardó en llegar a la capital británica por los canales habituales varios días, mientras que la paloma soltada por el enviado de Rotschild lo logró en unas horas.

La Revolución Industrial trajo nuevas necesidades informativas: conocimiento de la competencia, protección de patentes, vigilancia de conductas sospechosas, antecedentes personales de un trabajador, pretendiente, etc. Por la misma época se crean los primeros cuerpos policiales modernos. La insatisfacción en la investigación de delitos provocó que la gente pudiente recurriera a los servicios de personas más capaces.

Es en este contexto cuando surgen los primeros investigadores privados conocidos. En Francia, Eugene François Vidocq (1833) empezó a ejercer a título personal. En los Estados Unidos, Allan Pinkerton fundó la primera agencia que aún hoy sigue funcionando.

Ni que decir tiene que por la misma época se empiezan a publicar los primeros relatos policíacos y detectivescos: Los crímenes de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe (1841).

El inicio en España

El primer caso de investigador privado que se conoce en España es el de Daniel Freixa y Martí, que en 1888 fundó en Barcelona La vigilancia y seguridad mercantil. Freixa, al igual que Pinkerton y Vidocq, había sido anteriormente policía y vio oportunidades de negocio en aquella Ciudad Condal con una burguesía incipiente que hacía fortuna con la industria y el comercio internacional. Al poco tiempo estableció sucursales en las principales ciudades españolas.

Mientras tanto, en Madrid se funda la primera Escuela de Criminología (1903), aunque desde hace años antes ya se impartían estudios en la materia.

No obstante, en esta época ya estaba extendido el recurso a las agencias de investigación privada: nombres como L'Humanité, Detectives Office, La Protectora o la Oficina Internacional de Deteectives figurarán en los catálogos internacionales del sector. En su mayoría eran agencias radicadas en Madrid y Barcelona.

En 1911 se publica el primer relato de novela negra español: La gota de sangre, de Emilia Pardo Bazán.

La regulación, la formación y la labor de los antiguos detectives.

En la época de la que estamos hablando no existía regulación alguna de la profesión de detective privado. Eran las propias agencias quienes se encargaban de contratar y formar a sus empleados.

Con el paso del tiempo, Ramón Julibert, un francés establecido en Barcelona que había fundado en 1910 L'Humanité, decidió crear en 1917 la primera escuela para quien deseara ser detective privado. La formación básica consistía en Geografía, Matemáticas, Ciencias Naturales, Taquigrafía, Mecanografía y Francés. Cursos más avanzados incluían conocimientos sobre Derecho, Técnicas de Investigación, Ciencia Forense e Inglés.

Conforme avanzaban “los felices años veinte” la profesión era de amplio conocimiento debido a su divulgación en la prensa. Mención especial debe hacerse a Enrique Cazeneuve, fundador de Detectives Office, por sus artículos y programas en Radio Barcelona. Fue también Cazeneuve quien escribió Detectivismo Práctico en 1925, considerado el primer manual profesional.

Los encargos que se recibían eran de lo más variado. Mayoritariamente se trataba de investigaciones dentro del ámbito particular. No faltaban los trabajos relacionados con el adulterio, las conductas sospechosas y la investigación de robos, estafas y chantajes. También era normal que los detectives privados de entonces realizaran labores de protección de personas y bienes.

Como se ve, tenían un campo de actuación más amplio que en los tiempos actuales. Todo esto desaparecería con la Guerra Civil. Tras ésta, vendrían las regulaciones de la profesión. Pero esto será materia para otro artículo.

Bibliografía:
IBÁÑEZ RIDAO, José Luis. Los primeros detectives españoles. Detective Ferrer. La cara B de la historia. (on line):http://detectiveferrer.blogspot.com.es/2009/11/los-primeros-detectives-privados.html

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